Friday, January 22nd 2016

Manny Pacquiao y el largo adiós

MANNY PACQUAO Y EL LARGO ADIÓS | Por Bill Dwyre*

El largo adiós de MANNY PACQUIAO comenzó el martes en un lujoso hotel en una de las ciudades más ricas del mundo. Muchos llamarían esto una gran ironía.

Cuando el congresista de la provincia de Sarangani de las Filipinas se paró ante una abarrotada conferencia de prensa en el Crystal Ballroom del Hotel Beverly Hills, él estaba a mies de millas y millones de años luz figurativos de donde comenzó. Eso era cuando él era un niño hambriento, tratando de ayudar a su madre a alimentar a sus familiares.

Él estaba en una ciudad grande.  Él vendió cosas en la calle. Él buscaba comida solo para vivir. No había futuro más allá del mañana. Él jugó su juego de existencia un día a la vez. Manny Pacquiao era un pequeño filipino. Las luces brillantes de hoteles lujosos no estaban en su radar. Sobrevivencia, y ayudar a su familia, estaba en su radar.

Ahora él tiene 37 años, así que eso fue exactamente una vida entera atrás.

Pero el martes, ahí él estaba, el centro de atención como siempre, mientras le decía a su mundo de fans, a través de los medios, acerca de una pelea de boxeo más, esta en el horizonte el 9 de abril en Las Vegas.

Que él estaría enfrentando a TIM BRADLEY por tercera ocasión era importante. También fue la controversia sobre su primera pelea con Bradley y su derrota en una aparente mala decisión, al igual que su segunda batalla ante Bradley dos años después que trajo una sólida victoria. Él dijo que su hombro quirúrgicamente reparado ya está bien. Él dijo que ahora ve a Bradley como un peleador diferente, probablemente mejor, peleador.

Pero esas son cosas promocionales normales.

Esta vez, habiá más, mucho más, que hizo que la usual emoción e historias del boxeo parecieran simplemente incidentales. De hecho, esta pudo haber sido una de las pocas conferencia de prensa en la cual la emoción, vender boletos, insultos y ataques psicológicos tomaron el asiento trasero a un tema totalmente diferente.

Nostalgia.

El boxeo es normalmente tan sutil como un marrón. En un deporte construido en el éxito de un puño en la boca, hay poco espacio o paciencia para lidiar con el pasado y aceptar él éxito corriente. El boxeo tiene un ‘Salón de la Fama’, pero los integrantes muchas veces tienen que recoger sus placas en andadores y tienen problemas entendiendo lo que se dice de ellos en el podio.

Manny Pacquiao ha dicho que él se retira, que esta pelea, su número 66 como profesional, será su última.

En el mundo del boxeo, ese tipo de declaración usualmente no causa sorpresas. No será sorpresa en esta ocasión,  también. Los peleadores han creado esta situación. Cambian de opinión tanto como un nuevo padre cambia pañales. Los retiros en el boxeo usualmente no son retiros mientras se crea atención para la próxima pelea.

Bob Arum, el jefe ejecutivo de Top Rank, quienes han guiado a Pacquiao a su estrellato actual, está entre los mejores expresando sus dudas sobre el retiro en su propio deporte.

“Brandon Ríos se retiró después de su última pelea (con Bradley),” dijo Arum, “y salió del retiro una hora y media después. Algunos de estos peleadores, se retiran cuando tienen una esposa, y cuando tienen otra esposa, salen del retiro.”

Es por eso que Arum, tanto como el respeta la integridad de Pacquiao, se reúsa a declarar esta la última pelea de Pacquiao.

“Quizás él se retira,” dijo Arum, “pero no voy a perder sueño por eso.”

Él añadió, que la sirena que cambiaría la decisión de retiro de Pacquiao en el futuro sería una gran demostración ante Bradley y el regreso de Floyd Mayweather Jr., quien le propinó a Pacquiao su más reciente derrota.

Pero aún cuando Arum, que al parecer estaba seguro de sus apuesta. La nostalgia, y las oraciones en pasado, llenas de implicaciones históricas, hablaban fuerte.

“Piensa de donde él vino,” dijo Arum. “Él era tan obscuro como podía ser, un pequeño chico, de la otra parte del mundo. Esto es un tributo a él, pero es también un tributo a este país, que lo aceptó, y lo hicieron parte. Él no podía hablar inglés. Si el hubiese sido hispano, o afro americano, quizás tendría una ventaja, pero no era.”

Teddy Atlas, el veterano entrenador de Bradley, un estudiante del boxeo, llevó el tema un paso más allá en sus declaraciones. Él llamó a Pacquiao “el más dinámico” peleador de la última década y comparó a eso que quieran ver su última pelea con esos que fueron a ver a Derek Jeter en sus últimos partidos con los Yankees, y a esos que ahora buscan boletos para ver una última vez a Kobe Bryant, mientras él cierra su carrera con los Lakers.

Fue Pacquiao mismo, en todo lo que dijo y hasta su lenguaje corporal durante un largo día de entrevistas con los medios y su tiempo en el podio durante la conferencia de prensa, que afirmaron que el 9 de abril será la última vez.

“Mi logró más grande en la vida no ha sido lo que hemos logrado hacer por nosotros,” dijo él, “pero lo que hemos hecho por otros.”

Eso rápidamente trajo a la mente uno de los muchos actos de la generosidad de Pacquiao. Él se dio cuenta de la difícil que era para las barcazas de  pesca en su área de General Santos remar lejos para encontrar peces y llegar a casa a salvo. Así que le compró motores a todos.

“Estoy contento, contento de colgar los guantes,” le dijo Pacquiao a la audiencia. “Sé que me sentiré triste, pero así es la vida.

“Yo peleé porque quería ayudar a mi familia. Ahora voy a parar, porque quiero ayudar a mi país.”

Pacquiao tendrá un mes para hacer campaña por un puesto en el senado filipino tras su pelea del 9 de abril. Para muchos, eso parece solidificar su deseo, y necesidad, de para de boxear. Hay 250 congresistas en Filipinas, pero solo 24 senadores. En esta elección de mayo, la mitad de esos 24 serán electos para términos de seis años. En las encuestas actuales, Pacquiao está en la posición número ocho.

Las dudas prevalecen, especialmente para esos que teorizan que estas peleas es solo una manera de agarrar titulares y exposición.

Arum es uno más en este juego, pero eso no lo para de resumir los sentimientos generales para su filipino que una vez vivió en las calles y ahora ha llegado a ser el centro de atención en un lugar como Beverly Hills.

“Arum dijo, “No puedo creer el sentimiento de que esta será su última pelea.”

Tampoco el boxeo.

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